Pesada.
Así
fue descrita el sábado pasado la novela El Sueño del Celta en nuestra tertulia.
La
reacción surgió a razón de que la novela se mueve simultáneamente de lo
interesante a lo ‘imposible de aguantar’.
Los
capítulos interesantes serían aquellos que transcurren en la cárcel, los que,
en lo personal, me hicieron recordar el“A puerta Cerrada”, de
Sartre -Huis Clos, en francés. Precisamente por lo aislado y parecido a
purgatorio de la celda de Casement. Un confesionario, a la usanza católica,
donde rara vez vemos al cura, solo a los penitentes sufrir la condena de estar
vivos.
En
las otras escenas, las indigestibles, cuando el autor pudo habernos mostrado
las peripecias de un paladín, de ondulante capa y parado sobre el cuerpo de sus
derrotados enemigos, somos obligados a presenciar lo más bajo de las pasiones
humanas -mientras lo observamos cavar su propia tumba.
En
estos azarosos capítulos somos sometidos a un experimento como al que es
sometido el personaje “Alex” que Malcolm McDowell interpreta en la película “La
Naranja Mecánica” (S. Kubrick, 1971, ver un interesante enlace abajo). La
suya es una terapia voluntaria de rehabilitación social según la cual, frente a
una pantalla de cine y con los ojos permanentemente abiertos, Alex es amarrado
a su silla y forzado a mirar películas de violencia.
Así,
nuestra reacción rebelde hacia la novela es de cansancio. Especialmente
porque a través de los medios de comunicación día a día somos bombardeados con
dosis de todo lo que atestiguó Casement en su época o Alex desde su silla.
Cansados
como estamos, pocos queremos salir de nuestros altamente tóxicos espacios civilizados,
para sumergirnos en una novela donde se nos sigue aleccionando con lo mismo.
Sin
importar cuán novel sea la información.
https://es.wikipedia.org/wiki/La_naranja_mec%C3%A1nica\
La foto
fue obtenida de aquí:
https://www.google.com/search?q=a+workclock+orange,+alex'+eyes+taped+open&tbm=isch&imgil=OCVPqc_wcK3J0M%253A%253BBW_FfoPsXEMevM%253Bhttps%25253A%25252F%25252Ftommennaindustries.wordpress.com%25252F2011%25252F05%25252F19%25252Fstanley-kubricks-a-clockwork-orange-an-analysis-of-conditioning%25252F&source=iu&pf=m&fir=OCVPqc_wcK3J0M%253A%252CBW_FfoPsXEMevM%252C_&usg=__r6xkVQLnaE8OH87ovK_fmkRS2F4%3D&biw=1920&bih=986&ved=0ahUKEwi-9dCZponUAhVL6CYKHewWAn4QyjcILQ&ei=ieMlWf6MLMvQmwHsrYjwBw#imgdii=XXyeTb2xf04AzM:&imgrc=OCVPqc_wcK3J0M:&spf=1495655313924
Excelente aportación, Luis. Aunque no he participado en el blog hasta ahora, lo he leído con mucho gusto y provecho. Gracias por tus comentarios tan acertados y por todos los recursos.
ResponderEliminarSé que estoy en la minoría en cuanto a esta novela, pero no la encuentro pesada —a lo mejor, porque solo estamos leyendo un par de capítulos cada dos semanas. Si tuviera que leerla del tirón, seguramente sería un trabajo oneroso. A este ritmo más pausado, me ha resultado una lectura agradable, especialmente si la comparo con otras obras de Vargas Llosa. Su lenguaje aquí es bastante sencillo, no cargado de los regionalismos (jerga peruana) que me obligan a recurrir al diccionario constantemente. Además, me fascina el desarrollo del personaje de Roger Casement, tan complejo y rico en matices.
En fin, ¡me gusta, me gusta!
Se me olvidó mencionar la película “La naranja mecánica”: uno de los pocos casos en los que la película supera al libro. Estoy totalmente de acuerdo con tu analogía. Y qué genial la foto… ¡una imagen inolvidable!
ResponderEliminarLa novela puede ser (o parecernos) pesada pero lo que a mi me resulta verdaderamente pesada es leer/oír/ver las noticias de cada día. Comparto los sentimientos de Javier Marías, expresadas en su columna en El País.
ResponderEliminarhttp://elpaissemanal.elpais.com/columna/peligrosa-parodia-marias/#?id_externo_nwl=newsletter_eps20170523
Gracias, Murat. Se agradece el ojo crítico de Javier Marías, y ¡aquí nadie se salva! Por cierto, veo que en la misma página web hay un artículo de nuestra próxima autora, Rosa Montero:
Eliminar“Pobres pobres”
http://elpaissemanal.elpais.com/columna/rosa-montero-pobres/